
Arniel justifica 40+ min en hielo para jugador de Winnipeg en playoffs
Un emocionante partido con doble tiempo extra, lleno de la mágica locura del whiteout? ¡Sí, nos apuntamos! El Juego 7 se convirtió en una verdadera ópera de hockey en Winnipeg, y terminó en un auténtico cuento de hadas. El capitán de los Jets, Adam Lowry, anotó el gol de oro a los 16:10 del segundo tiempo extra, mientras más de 15,000 aficionados explotaban en un mar de blanco. Fue una locura, de esas que sólo sueñas cuando eres un niño atándote los patines en un estanque congelado.
El camino a la victoria
El equipo de Winnipeg de Scott Arniel iba perdiendo 3-1 a finales del tercer tiempo, parecía el final, pero no, estos chicos tenían otros planes. Vlad Namestnikov disparó un tiro que rebotó en el desafortunado Ryan Suter con menos de dos minutos restantes, luego, después de una desgarradora revisión que anuló un posible gol del empate, Cole Perfetti dijo no hoy, enterrando una belleza con tres segundos restantes para forzar el tiempo extra. ¿Piel de gallina? Por supuesto. Y vaya que los Jets lucharon por esa victoria. Neal Pionk y Kyle Connor repartieron asistencias como caramelos en Halloween (¡tres cada uno!), Hellebuyck regresó de su banquillo para cerrar el partido con 26 salvadas, y el entrenador Scott Arniel no tuvo miedo de arriesgarse.
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La justificación del entrenador
Cuando se le preguntó por qué algunos jugadores estuvieron en el hielo más de 40 minutos, ¡no se alejó de responder! El entrenador Scott Arniel apareció en la conferencia de prensa post-partido como si acabara de salir de una olla a presión de playoffs. “Hubo mucho, sabes, como que vas a hacer cambios, vas a tener que hacer cosas”, admitió, sonando como un hombre que acababa de enfrentarse a una tormenta de hockey. La serie no fue solo intensa, fue una guerra de trincheras sobre hielo. “No hubo hielo que no fuera disputado y no hubo jugador que no fuera a ser empujado contra la pared”.
Respeto al oponente
Arniel no tuvo miedo de reconocer el mérito del equipo contrario. “Quito el sombrero a Monty, lo que ha hecho desde que llegó allí”, dijo, claramente impresionado con la resistencia de los Blues. “Fue una salida dura, fue una salida realmente dura”, repitió, como si aún estuviera sacudiéndose los ecos de las batallas. Y la multitud? Increíble. “Nuestro edificio obviamente fue absolutamente increíble… absolutamente lo fuerte que era”. Incluso mostró aprecio a los aficionados de St. Louis; “Fue ruidoso en St. Louis también”, pero no había forma de negar la electricidad dentro del Canada Life Centre. El hombre lo resumió perfectamente, aún asombrado por toda la emocionante experiencia: “Eso fue uno para la historia”.